Virginia Bintz alias “la gringa del cerrito”, mote como narradora oral que le puso el Nano Fole cuando la escuchó contar cuentos.
Y como buena narradora que es nuestra entrevista comienza así – “tuve una vida difícil, mamá modista, papá albañil y alcohólico, una hermana menor y una vida con 17 mudanzas y escribo y pinto desde que tengo uso de razón – así me cuenta la gringa y sigue: - En 4° de escuela la maestra me dijo: pase lo que pase no dejes de pintar ni de escribir, y algo parecido me lo dice años después mi profesor de dibujo, el “Viejo de dibujo”. Estudié hasta tercero en el liceo 30 y a partir de 4° año en el IAVA y ya habían cambiado el programa de estudio que pasó a ser 1° de preparatorio. Papá se enfermó de cáncer así que hice en la Utu secretariado comercial y salí a trabajar, trabajos mal pagados. Era una chica bonita, de muy mal carácter, pero digna, y lo que me gané fue con mucha dignidad. Estudié, trabajé, me casé, me descasé… me casé, me descasé, viajé. Tuve trabajos lindos, pero nunca dejé de escribir ni de pintar. A los 40 años me detectan cáncer de seno, no se sabe cómo estoy viva, y soy como la novia de Frankenstein, llena de cicatrices. En ese entonces la prioridad era curarme, con el que era mi esposo hicimos malos negocios, nos agarró la crisis del 2002, perdimos todo, y en esos tres años de quietud me dedico mucho más a escribir y pintar, eso me da --- --Saludart-, salud y arte, eso que vos encontrás, ese cable a tierra cuando decís me estoy muriendo…. porque era lo que yo pensaba, pero antes de morirme, mejor, pinto un poquito, fue mi susto. Me dediqué a tratar de curarme y en ese entonces alguien vino y me dijo: - che, hay una exposición así y así y sabemos qué haces algunas cositas- pero yo no podía ir de Juanicó a la barra de Santa Lucia, - bueno, te vamos a buscar - me dijeron, y ahí mostré por primera vez unas carpetitas con algunos dibujitos y conté un cuento espantoso, vendía plantitas y de ahí a otra exposición y otra y otra y otra. En el 2005, para el día del patrimonio, voy a la biblioteca nacional donde me piden que cuente un cuento, yo llevé mis cuentitos escritos y ya era hora de hacerlos conocer, en el lugar estaba Néstor Ganduglia, gran culpable de que yo sea narradora oral y también un narrador colombiano que me dijeron -no queremos sus cuentos inventados queremos las leyendas del lugar-, entonces conté la “Leyenda de la Tumba del negro” y Néstor lo grabó y me dijo que iban a ir de canal 12, del programa Voces anónimas a que ud. relate esto, yo me dije: claro que sí, olvidate que van a venir, pero vinieron y de ahí no paré nunca más de contar cuentos y se abrieron muchas puertas.
¿lo que vos pintás tiene que ver con lo que escribís?
-Siempre. Alguien alguna vez dijo que el artista plástico pinta siempre el mismo cuadro y vos podés ver que son todas cosas muy raras, y cuando escribo lo hago de una forma sencilla, no simple, pero todo tiene que ver. Mi primera exposición en serio fue en el Ateneo y se llamó -Mensajes- y el mismo mensaje que te doy en mis cuadros, te lo doy en mis cuentos y tú lo vas recibir según tu sensibilidad, pinto un pájaro y vos ves una flor, porque eso es genial, que alguien vea algo que yo no veo y ni siquiera estoy convencida de que la que creó soy yo. Uno empieza con una cosa y el cuadro termina en otra y me encanta. Tardo un mes en hacer un cuadro como ese y cuando lo termino me pregunto si ese cuadro lo hice yo.-
¿Cómo llegaste a recibir el Premio Gabriela Mistral?
-De una forma fortuita, porque era para mí, las cosas te pasan porque son para vos, yo estaba dando un taller en Nicolich y uno de los incentivos era llevar algunas invitaciones a los vecinos que asistían para que concursaran y se hicieran conocer, varias personas sacaron premios y en este de Gabriela Mistral, una de las señoras me dice si había mandado y me avisa que es el último día para hacerlo. Me senté en la computadora a escribir, había que mandar dos para la medalla de oro de Poesía de amor y no saqué nada. Yo no escribo poesía para niños, pero inspirada en mis sobrinos viéndolos jugar, alguna cosa se te ocurre y escribís, y mande “Días Nublados” de ver a mi hermana en un día que llovía y con los dos niños en casa y que estaba como loca, así que un día encendí la computadora y me dicen en un mail que saque el Premio Gabriela Mistral y no lo podía creer. –
Hizo talleres a la incentivación a la lectura y a la creatividad literaria en Colonia Nicolich, en Shangrilá, en la Biblioteca Tota quinteros, en la feria del libro de San José, entre otros, escribe en papel o computadora, a tinta liquida, en cuadernos, en papeles, en libretitas, escribe cuentos, leyendas, alguna vez alguna cartas de amor y en sus escritos siempre deja entrever que se sepa que escribe una mujer porque la femineidad no la pierde nunca.
Los talleres los realizó por una necesidad de buscar una forma de moverse en lo que sabía hacer. Pero en esto de contar cuentos fue invitada por el municipio de Nicolich a una reunión donde había profesores, escritores, narradores, para que guiaran a los vecinos a hacer un libro en un mes y se terminó alargando a tres meses. Y se quedó un año más. Al final el taller terminó siendo de tres años. En el 2012 tuvo el honor inmenso de que pusieran su nombre a la biblioteca del municipio de Nicolich.
Siguiendo con la charla me cuenta -“Entre amigos” fue una de esas ideas que tengo cuando tomo un té o cuando me siento debajo de mi árbol de palta mirando el árbol de la escuela de vuelo de las golondrinas-. En diciembre del año pasado empezó con la idea del libro que terminó siendo una antología internacional de varios autores y en el marco de la celebración del Día Nacional del Libro, el viernes 19 lo presentó en el hall del Centro Cívico de Ciudad de la Costa, donde se exhibieron obras plásticas de algunos de los artistas que también participaban de la antología.
Virginia destaca -Voces del campo- de Emiliano Machado que tiene 14 años y que ayudó a escribir y que cuenta que le llevó más tiempo del que él creía que le iba a llevar y que también debió cortar el pasto, hacer trabajos para ayudar a juntar algo de dinero para poderlo publicar pero tuvo la sorpresa de que el municipio le imprimiera 50 libros más.
Eran las tres de la tarde, pasamos a revisar todas sus carpetas y se seguía escuchando la música de fondo con la que me recibió, mientras se enfriaba el Té. Entre diarios de chile y de Brasil, fotos, diplomas, recortes, todo muy bien cuidado y guardado y la música de fondo de Mathias Atchugarry, una hermosa tarde de entrevista a una persona demasiado encantadora y sensible, llena de vida y espiritualidad, así defino a Virginia Bintz, narradora oral y artista plástica de nuestra ciudad
El Premio Gabriela Mistral o Premio Interamericano de Cultura Gabriela Mistral fue un galardón instituido en 1977 por la Organización de los Estados Americanos en honor a la poetisa chilena y premio Nobel de Literatura «con el propósito de reconocer a quienes han contribuido a la identificación y enriquecimiento de la cultura propia de América y de sus regiones o individualidades culturales, ya sea por la expresión de sus valores o por la asimilación e incorporación a ella de valores universales de la cultura».
Se podía premiar tanto a personas como instituciones, y se daba en tres categorías, que se iban alternando: "Literatura y Filosofía", "Ciencias y Artes Musicales" y "Ciencias y Artes Plásticas" oportunidad para que Costa Noticias le entregara a Virginia Bintz el Premio Costa 2013